Albert Ràfols-Casamada
Albert Ràfols-Casamada (Barcelona, 1923) estudió arquitectura y pintura en Barcelona, y recibió un fuerte impulso creativo en París, donde, en los años cincuenta, conoció la pintura figurativa poscubista.
El conocimiento de la obra de Picasso, Matisse, Braque, Miró etcétera, influyó profundamente en el joven pintor, al igual que su acercamiento teórico al expresionismo abstracto americano. Cuando en 1955 regresó finalmente a Barcelona, emprendió su propio camino artístico, que, bien es sabido, le ha conducido a la creación de una vasta obra que le ha aportado el reconocimiento internacional.
Desde entonces, su obra se caracteriza por una elegancia compositiva de estructuras ortogonales a la que se une una emotiva y luminosa sensibilidad cromática. Después de mostrar una interesante relación, en los sesenta y setenta, con movimientos como el neodadá y el nuevo realismo, su obra se ha centrado en valores pura e intensamente pictóricos: campos de color en expresiva armonía sobre los que resaltan líneas a carboncillo, que los relacionan en un armónico trazo gestual. Al mismo tiempo, su interés por la pedagogía del arte, le llevó a fundar, en 1967, la Escola Eina.